Es obvio que el aprendizaje del segundo idioma es a día de hoy una necesidad de primer orden en la formación de las personas. Según la última encuesta del CIS publicada en enero de este año, prácticamente la totalidad de los españoles (95%) consideran de bastante o mucha importancia aprender una segunda lengua, básicamente el inglés.
La percepción de nuestro sistema educativo al respecto ha mejorado, se reconoce el avance en relación al pasado, aunque estamos lejos, muy lejos, de poder hablar de una confianza generalizada: el 55% piensa que se le da mucha o bastante importancia a la enseñanza de idiomas frente a un nada desdeñable 40% que piensa que se le da poca o ninguna.
Se trata de opiniones que se traducen en comportamientos. Así, casi 4 de cada 10 padres con hijos en edad escolar utiliza un apoyo a través de clases particulares. Sistema educativo insuficiente + clases particulares insatisfactorias ¿Nos suena no? Es una rutina que no ha variado sustancialmente en los últimos 30 años. Mientras, desgraciadamente, mandar a los hijos al extranjero resulta una práctica que apenas alcanza al diez por ciento de los hogares.
Sí aprender un idioma es tan decisivo (se considera la segunda asignatura en importancia solo por detrás de las matemáticas) es frustrante ver lo lento que se avanza y la insuficiencia de nuestro sistema educativo para garantizar que los alumnos puedan salir a la vida dominando el inglés, tras 13 o más años metidos en un aula.
Falta mucho trabajo en el ámbito de la familia para inculcar actitudes y hábitos y también falta valentía en los actores públicos. Menos etiquetas grandilocuentes (colegios bilingües de eficacia dudosa, que pueden ser una mejora pero no la solución) y más iniciativas que impliquen cambios y una voluntad real de avanzar hacia el bilingüismo, que es lo que próximas generaciones necesitan y se merecen.
Iniciativas como la que ha puesto en marcha el Cabildo de Tenerife con sus becas de inmersión lingüística que implican mandar a chavales de la ESO un trimestre fuera a estudiar en un país nativo y que pretenden llegar a un sector significativo de la población escolar (más de 1000 chicos al año). Bilingüismo, modernidad, cambiar hábitos, salir del cascarón. No hay mejor inversión. Ese es el camino y cuando se acierta hay que aplaudirlo.
El momento es ahora. Para el sociólogo y politólogo R. Ruiz Ausejo (Infocom) “el pacto educativo” tiene que llevar aparejada una apuesta decidida por enseñanza de idiomas y esta legislatura es una oportunidad que no podemos dejar escapar: “ya es hora que los partidos piensen en las próximas generaciones y no en las siguientes elecciones… la mayoría que forman PP, PSOE y Ciudadanos deben elaborar la ley educativa que coloque definitivamente a España en la modernidad y a la altura de los mejores”.
Paco Sande | Infoccom